sábado, 19 de octubre de 2024

Los godos 2 El encuentro con Roma

En el año 230 los godos estaban ya firmemente asentados en las tierras que abarcaban desde la frontera nororiental de la Dacia hasta las zonas occidentales del Río Dniéper, lo que venía siendo en la actualidad desde Rumania hasta el centro de Ucrania. En estos territorios tuvieron que lidiar con tribus que ya estaban asentadas antes, llegando a negociar y unirse con algunas y expulsando a otras. Con los sármatas tuvieron una relación cambiante ya que aunque de primeras se aliaron e incluso llegaron a absorber su estilo de vida más pastoril y dándole mucha importancia al caballo, también acabaron expulsándolos de sus territorios. Este estilo de vida, que también cogería de los alanos, cambiaría su cultura para siempre, pareciéndose más a pueblos esteparios que a ganaderos. Esta relación tan estrecha con el caballo de batalla cambiaría su estilo de combate por uno más rápido y móvil. De los sármatas también cogería sus armas, sus vestiduras, formación militar, costumbres y adornos. Junto con este cambio cultural y el mestizaje con los pueblos vecinos, dacios e incluso eslavos, fue el resultado de los godos que entraron en la historia al toparse con Roma. 

El encuentro ocurrió en el año 238 cuando los godos cruzaron el limes y llegaron a la Dacia romana, cruzando el Danubio y saqueando Mesia Inferior y llegando a tomar la ciudad de Istria. Tan duro debió de ser el encuentro que los romanos, ante esta situación, llegaron a firmar un acuerdo con los godos pagándoles un subsidio a cambio de que los godos integraran en su ejército para luchar en la lejana Persia. Este fue el principio del encuentro de Roma con los godos que, durante el emperador Gordiano III y su sucesor Filipo el Árabe, tendría una relación de poca confianza mutua donde Roma dejaría de pagar estos subsidios en algunas ocasiones y, junto a derrotas militares donde morirían muchos godos, llevarían a estos a volver a entrar a la Dacia y tantear a un Imperio que estaba en clara decadencia, dedicado a fútiles guerras civiles que lo agotaban y que no podría defender correctamente sus fronteras, algo que los godos comprendieron muy bien y que supieron  aprovechar. 

En 248 destaca un rey godo llamado Ostrogota. Creó una confederación tribal con varios pueblos para volver a cruzar el Danubio y saquear las tierras de Mesia Inferior y Tracia, llegando a asediar la ciudad de Marcianópolis, en la actual Devnya en Bulgaria, hasta que pagaron un rescate y ya volvieron a sus tierras sin que fuesen molestados por los romanos. Poco después volvió a liderar a los godos para derrotar a los gépidos, un pueblo emparentado con los godos, que llegaron del norte exigiendo tierras. Fueron derrotados en una durísima batalla que les costaría muchas vidas a los godos y que, a pesar de la victoria, haría caer en desgracia a Ostrogota, o tal vez fuese asesinado y sería sustituido por Cniva. Esto muestra lo débil que es el equilibrio de poder de los godos: no había una monarquía fuerte que ostentase el poder sino pequeños jefes de clanes que subían al poder cuando hacía falta ser acaudillado para realizar un saqueo o una batalla y que dependía de victorias militares que le diera prestigio pero que siempre estaría solo un poco por encima del resto de jefes godos. 

En el 250, Cniva, uniéndose a los carpos, una de las tribus dacias más fuertes de la zona, para saquear la Mesia Inferior, juntaron entre las dos tribus una formidable hueste de más de 40.000 guerreros que dividieron en dos columnas sembrando el terror por toda la zona. Tan grave debió de ser que se tuvo que personar el propio emperador Decio con su hijo junto con sus legiones que sumarían 45.000 legionarios. En principio, la superioridad romana era evidente; las técnicas de combate y su superioridad armamentística le daban ventaja en el campo de batalla, arrasando al ejército godo que se vio obligado a huir para refugiarse en las zonas pantanosas de Abrittus, cerca del actual Razgrad en la Dobrudja búlgara. Pero en vez de aprovechar la ventaja aplastante que tenían, Decio tomó el peor error de su vida: mandó a su ejército a las zonas pantanosas para acabar con los godos. El ejército romano, con su equipo pesado, se vio superado por las zonas pantanosas llenas de maleza y barro, imposibles de transitar, que hundían hasta la cintura a los romanos, que apenas podían maniobrar. Hecho que aprovechó Cniva para contraatacar, ya que los godos estaban más acostumbrados a moverse por estos terrenos, masacraron a los romanos sin piedad, convirtiendo una clara derrota en una gran victoria donde murió hasta el emperador Decio. Este sería el primer emperador romano que moriría en batalla y hecho este por una banda de bárbaros, una catástrofe para la autoestima del pueblo romano. Después de la victoria, Cniva pactó con el nuevo emperador Treboniano Galo, que sobrevivió al traicionar a Decio, un ventajoso acuerdo para los godos, donde podrían volver sin problemas a sus tierras con los tesoros saqueados y con un fuerte pago que le daría Roma por los cautivos. Puede parecer que esto traería algo de paz para los romanos, pero no llegaron a entender que estos acuerdos los hacían con un caudillo temporal de solo una parte de los godos, y otros jefes godos reunirían tropas y volverían un año después tratando de emular la gesta y saquear esta fértil tierra. 

Fue para el Imperio Romano una época de caos para todas sus fronteras, debilitado con guerras civiles y cambiando constantemente de emperador, los bárbaros atacaron por todos lados, y los godos fueron de los más terribles, arrasando y saqueando a su paso, pasando a Asia menor, Grecia e incluso se llegaron a acercar a Roma, teniendo esta que formar un ejército con los ciudadanos para amedrentar el ataque. Los godos perdieron completamente el respeto a Roma y esta estuvo realmente muy cerca de su aniquilación, pero Roma es Roma y aún tenía fuerzas para resistir. Una vez que subió como emperador Claudio II, consiguió estabilizar un poco al imperio y reunió un gran ejército para propinarle a los godos su mayor derrota hasta la fecha en las cercanías de Naissus, en la actual Serbia. Los derrotó en una dura batalla, cayendo en la misma 50000 godos y dando como sobrenombre a Claudio "el gótico". No sería Claudio, que murió poco después de peste, sino su sucesor Aureliano quien acabaría las guerras góticas, resistiendo las hordas y fortificando las fronteras, y derrotando al rey godo Canabaudes, obligando a los godos a pedir la paz. Esto le otorgó a Aureliano el título de "góticus maximus" en el año 271. Sería este un gran logro militar pero que solo maquillaba la realidad y fue el mismo emperador quien admitió que la Dacia estaba perdida y no podrían seguir defendiéndola, y la abandonaron a los bárbaros, guarneciendo las limes danubianas y trasladando a los miles de habitantes al sur del río en un territorio más pequeño y fácil de defender, y fundando allí Dacia Aureliana. Abandonando Dacia también esperaba apaciguar a los godos, que al asentarse en estas tierras frenaran sus ansias de atacar a Roma y cogieran arraigo a estas nuevas tierras tan buenas, y solo se dedicasen a civilizarse y a defenderlas del resto de bárbaros. 

En los siguientes 30 años los godos no volverían a darle problemas a los romanos, sino que muchos lucharían en sus filas en sus campañas contra Persia donde seguirían aprendiendo de Roma mejorando su estrategia militar, su estructura de gobierno y su cultura. También tomarían parte con alguno de los contendientes que aspiraban a coronarse emperador de Roma, pero siempre acababan llegando a pactos como ocurrió con Constantino que, a pesar de luchar los godos en el bando de Licinio, este no tomó represalias ya que veía el potencial godo y estos no atacarían a Roma hasta verla más débil. 

Constantino fue testigo del cambio cultural, económico y político de los godos y cómo habían pasado de ser tribus aisladas que se unían de forma temporal para un saqueo a una estructura más estable. Se unificaron en torno a 2 grupos tribales: los tervingios y los greutungos, estaban gobernadas por clanes reales en las que eran dirigidas por un rey o juez que aunque puede que no tuviese que ser hereditario, el título de jefe de los tervingios estuvo en la misma familia. Fueron los tervingios los que más preocupaban a Constantino al lindar con el limes romano y ver cómo superaban al resto de pueblos vecinos y acabaron chocando con Roma en el año 331. Fue una dura batalla pero la superioridad táctica de Constantino, cortándole las líneas de suministro y rodeándolos, los venció de manera tajante, obligándoles a rendirse y firmar un foedus, un tratado vinculante de existencia mutua a perpetuidad, reconociendo con ello Roma el reconocimiento del territorio godo y poniéndolo a su vez bajo su protección y clientes del imperio. Ariarico, el rey o jefe principal de los tervingios, aceptó respetar el territorio de los sármatas, el limes romano, dejar de recibir los subsidios que pagaba Roma y ceder 3000 de sus guerreros cuando Roma lo pidiese. Como era tradición también tuvo que ceder como rehenes a varios familiares de la nobleza como a su propio hijo Aorico para garantizar así que los pactos se cumplan. 



domingo, 22 de septiembre de 2024

Los godos 1: El origen

Lejos de la imagen que se suele tener de los godos como bárbaros incivilizados, habría que verlos como continuadores del legado de Roma. Tanto visigodos como ostrogodos continuaron manteniendo la estructura cultural de la romanidad, adaptando la cultura clásica y llevándola a la mentalidad medieval. Para ubicar el origen de los godos hay que remontarse a la época de las leyendas y, a través de la filología e imaginería que ellos mismos crearon, no se conoce con certeza hasta que se toparon con Roma y los pusieron en la historia y en sus escritos. Pero se puede seguir un sendero nebuloso para ver de dónde partieron y cómo llegaron a este lugar donde los incluyeron por fin en la historia romana.

Habría que viajar a las tierras suecas, a Götaland, Tierra de los gautas o gotar, unas tierras pobladas de densos bosques y llanuras alrededor del lago Vättern. Uno de estos gautas sería el protagonista del poema Beowulf, que narraría su historia en una época medieval muy posterior, ya entre los siglos V y VII, aunque pudiese ser compuesto mucho más tarde. Los godos emigrarían de estas tierras entorno al 100 a.C., cruzando el Mar Báltico y situándose entorno a la desembocadura del Río Vístula. Entorno al 20 a.C., ya estaban firmemente asentados en esta zona y de la que no se moverían demasiado hasta el 160 d.C., cuando emprenderían una larga migración hacia los territorios de los Cárpatos y el Mar Negro. 

En este territorio que historiadores contemporáneos acabaron llamando Gothiscandza, situado en la cuenca del Vístula, en estos primeros asentamientos tuvieron que expulsar a otras tribus germánicas como los rugios, una tribu que llegó procedente del sur de Noruega que se habían asentado en la costa antes que ellos. En esta época se estaba viviendo una bajada de temperaturas que empujó a muchos pueblos nórdicos a desplazarse hacia el sur en busca de mejores tierras más cálidas. Estos desplazamientos empujaban unos pueblos a otros por la fuerza, formando alianzas y vasallaje. Esta movilidad iría dando forma a la Europa romana y medieval hasta que formasen reinos más estructurados y perpetuos en el tiempo. Por ahora solo tenemos clanes de tribus dirigidas por un caudillo que salían de las castas más nobles y guerreras, y aquí al llegar los antepasados de los godos expulsaron a los rugios a territorios más occidentales. Con el tiempo también se toparon con los vándalos, más bien una amalgama de pueblos donde han destacado los vándalos también procedentes de Escandinavia que los godos expulsaron hacia el sur a las riberas del Mar Negro. Estos desplazamientos serían muy comunes. Europa estaba vacía y viendo oleadas de tribus que venían del norte a poco que en pocos combates te vieras en desventaja te ibas buscando tierras más al sur que estarían sin población y en condiciones mejores de las que dejabas atrás.

Los habitantes de estas tierras conocían muy bien los caminos que conectaban el Báltico con el Mar Negro o incluso con Italia, Grecia o el Mar Mediterráneo, ya que estaban conectadas por la ruta del ámbar, una antigua ruta comercial conocida desde el siglo XVI a.C. que conectaba, eran en las playas del Báltico donde encontraban el ámbar, un producto de lujo muy demandado, y a través de los ríos bálticos enlazaban con los ríos que bajaban al mar Negro, llegando a las ciudades grecoescitas y desde allí iban al Mediterráneo. El adorno de pecho del faraón egipcio Tutankamón se sabe que contiene ámbar báltico, se ha encontrado ámbar báltico en Micenas, en la tumba real de Qatna, en el templo de Apolo en Delfos e incluso es posible que enlazara con la ruta de la seda llegando a Asia. Por esta ruta no solo bajaba el ámbar, cera, oro, esclavos y pieles, también subían productos refinados grecoescitas y por supuesto influencias culturales y políticas que fueron influenciando a los godos, viendo en el Mar Negro como una especie de dorado que pondrían como objetivo alcanzar cuando sus tierras se fueran agotando ya que tenían unas técnicas agrícolas muy antiguas, las nuevas tecnologías romanas no le alcanzaron, y al ir aumentando el número y desgastándose la tierra tuvieron que ir abandonándolas. Los godos usaban un cultivo de rozas que consistía en quemar una parcela que era bosque, matorral o dehesa para utilizarlo después como parcela de cultivo abonándose con sus propias cenizas, este sistema los hacía tener que cambiar su zona de cultivo cada pocos años ya que acaba perdiendo nutrientes y son cada vez menos productivos, esto unido a la utilización de un arado muy primitivo que no oxigenaba la tierra ni mezclaba bien los nutrientes, esto era lo común de todos los pueblos germanos de esta época, de ahí que estuvieran acostumbrados a mover sus poblaciones continuamente y a necesitar una gran extensión de terreno para alimentar a una población que iba en aumento y tolerar poco la competencia de otras tribus que lindaran sus territorios.
Y como eran estos protogodos, o ya podemos llamarlos godos, en estos más de 250 años que habitaron la zona se irían mezclando con otras tribus y desarrollándose culturalmente gracias al contacto con los pueblos de la ruta del ámbar tanto del Mar Negro como de sus primos que dejaron en Götaland. Solo podemos saber de ellos a través de pequeños restos arqueológicos y de los escritos romanos que, al no haber luchado contra ellos ni contra sus aliados, apenas escribieron sobre ellos, los denominaron gotones o gutoni sin destacar nada que no hiciesen el resto de pueblos germanos que habitaban del Rin al Vístula. Su indumentaria de batalla era el escudo redondo y espada corta, vivían en aldeas pequeñas rodeadas de enormes bosques y pantanos, tenían una vida precaria de subsistencia donde el uso de técnicas agrarias atrasadas para la época los limitaba mucho su crecimiento demográfico. Para mantenerse tanto tiempo en este territorio debieron ser feroces guerreros pero sin una unidad clara y divididos en tribus donde difícilmente tendrían una unidad fuerte siendo capaces de administrar bien los recursos e invadir otros territorios para expandirse. Su ganadería sería escasa por la falta de tener forraje para el invierno y tenían que combinarla con la caza. Ante la imposibilidad de crear un excedente de alimento eran muy escasa la alfarería que apenas tenía calidad ni tampoco desarrollaron joyas que apenas se han encontrado en sus ajuares funerarios.

Todo cambiaría al expandirse el Imperio Romano y colocar a miles de romanos en sus lindes, creando así una demanda e intercambio de productos a cambio de plata, favoreciendo un comercio con los demás vecinos y aprendiendo nuevas técnicas de cultivo que mejorarían el rendimiento agrario y enriqueciendo a los godos, a la vez que pudieron crecer demográficamente. Aunque no fue este el motivo de su migración, después de dos siglos sobreexplotando estas tierras debían estar agotadas y, en un mundo rodeado de otros lugares más ricos, lo más sencillo sería emigrar a ellas. Se iniciaría el lento viaje en el año 160 d.C., empujando a su vez a otras tribus como los vándalos, lombardos y burgundios que se desplazarían al oeste y al sur, en cambio, los godos tomarían otro camino.

Los godos, durante siglos de comercio en la ruta del ámbar, conocían bien lo que había al otro extremo de esta, su dorado que llamaron Oium, la rica tierra de los escitas que abarcaba desde las laderas de los Cárpatos orientales pasando por los valles del Bug y el Dniéper hasta las estepas pónticas del Dniéper y el Don, correspondiendo a las actuales Moldavia, Ucrania, el sur de Rusia y el este de Rumanía, lo que venían siendo las tierras más fértiles de Europa, además de un gran nodo comercial tanto de productos como de cultura. Fue durante el 160 al 220 d.C. cuando remontaron los valles y se desplazaron siguiendo la ruta comercial hasta Oium, debiendo tener una fuerte nobleza capaz de movilizar a toda la gente. En las leyendas godas hablan de un rey mítico Filimer que dirigió la migración hasta la tierra prometida de Oium. Parece un mito fundacional más que un personaje real, probablemente fueron acaudillados por diferentes nobles bastante independientes entre sí que cooperarían entre sí y que ante cualquier disputa alguno de estos tomaría un camino distinto, quedándose en la zona o desplazándose a occidente.

Hacia el 230 ya estaban fuertemente asentados, formando alianzas con unas tribus y expulsando de sus territorios a otras, alcanzando el limes romano de la Dacia. Aquí es cuando los godos aparecen en la historia de Roma y donde cimentarán su cultura goda al empezar a romanizarse, pero esto lo contaré en el siguiente capítulo donde abarcaremos esta interesante parte de la historia de los godos.

sábado, 21 de septiembre de 2024

Presentación de Hispania Memoriae

Hola, la intención de este blog, poco pretencioso, es contar la historia de España desde sus orígenes, y aclarar que ni soy historiador ni nada parecido, apenas un aficionado a la historia que sigue aprendiendo cada día un poquito más. En principio, intentaré narrar desde un punto de vista objetivo los acontecimientos de la historia, añadiendo mi punto de vista que puede no ser el correcto pero es mi intento de dar sentido a las personas que fueron creando los ladrillos de la historia.

Desde un principio me encontré ante la duda de por dónde empezar. No quería empezar demasiado atrás y narrar las guerras púnicas ni la conquista romana de la península ibérica; esto pertenecería más a la historia romana que a la de España, aunque quizás en otro blog me anime. Así que decidí empezar por los visigodos. Estos fundan el primer reino de Hispania, la primera unión política de la que puede heredar un sentimiento español, no tanto como Estado pero sin duda sí una nación. Son un pueblo poco conocido para los españoles y del que no abundan los libros. Se suele pasar por encima cuando se va del Imperio romano al inicio de la reconquista, y si digo Reconquista… en el inicio de esta apenas se menciona a los visigodos por su gran derrota contra los musulmanes donde parece que apenas fueron un paréntesis en la historia de España y que apenas pasaban por allí.

Decidí también empezar por el principio de todo, el origen de los godos y sus andaduras hasta llegar a Alarico, que sería quien fundase a su alrededor a los visis. En la narración acabará entrando Roma pero pasaré muy resumidamente, apenas para crear el contexto global para entender los acontecimientos. Conforme los visigodos lleguen a Hispania, escribiré otra línea paralela donde contaré, a modo de resumen, los primeros siglos de la Hispania romana, resaltando la historia de algunos hispanos poco conocidos que también pusieron sus ladrillos en la historia. Conforme lleguen los visigodos a la península, se acabará fusionando con la línea principal. Para que no interrumpa la narración, escribiré otra línea paralela con la historia del cristianismo en Hispania, partiendo desde su origen en Oriente Medio, intentando dar un contexto histórico a la importancia de la religión en los sucesos de la historia futura.

Intentaré ser lo más claro posible en este proyecto enorme de narrar la historia de España, una aventura donde, a la vez de escribirla, espero seguir aprendiendo, intentando aportar mi granito de arena en la divulgación histórica, aunque solo sea como un simple aficionado a la historia de España, una historia que debería conocerse para, de esta forma, llegar a entender mejor el mundo actual en el que vivimos.

Por cierto, también creé otro blog llamado Biograpedia donde desarrollaré la biografía de los personajes que aparecerán en mi narración para poder profundizar más en ellos. Aquí podré poner la dirección por si os apetece echarle un vistazo. https://biograpedia-seldon.blogspot.com/

Tambien estoy en X (Twiter) @historiaespa

Un saludo, atentamente El Historiador inquieto.