domingo, 9 de noviembre de 2025

Hispania 3

Tras la muerte de Nerón vino un cambio de etapa, en ese momento Servio Sulpicio Galba siendo gobernador de la Tarraconense marchó a Roma y consiguió que lo nombrasen emperador. Apenas duró 7 meses, siendo muy impopular por su avaricia y crueldad. En ese escaso tiempo concedió a Clunia el rango de colonia romana y creó la Legio VII Galbiana, la única legión que durante mucho tiempo estaría en Hispania, sustituiría a la Victrix y de la que sirvió de núcleo para la ciudad de León. Otón lo mandó matar en el foro y ocupó su lugar durando menos tiempo aún, ya que no lo proclamaron en todo el imperio y luchó una guerra civil contra Vitelio que al final acabó ganándole, solo para descubrir que toda la parte oriental apoyaba a Tito Flavio Vespasiano y retomar la guerra civil que vencería este último, poniendo fin al año de los 4 emperadores, creando la dinastía de los Flavios y dando un poco de estabilidad al imperio.

En sus 10 años de gobierno serían muy conocidas sus grandes obras, construyendo templos en Roma y el Coliseo romano. Un hecho muy importante de su mandato fue que en el año 74 concedió a las provincias hispanas el ius latii minor, el derecho menor del Lacio, un rango solo inferior a la ciudadanía romana donde conseguían muchos derechos los hispanos, lo que cohesionó aún más a Hispania con Roma y ayudó a que se crearan muchos municipios nuevos. También supuso una rebaja de los impuestos y privilegios comerciales que mejorarían la economía de las ciudades y las castas que allí gobernaban, ayudando a estos a conseguir la ciudadanía romana, título que se heredaba y ascendían en los cargos públicos. Esto supuso un antes y un después, ya que al ser completamente romanizada sacó a todas las legiones excepto a la Legio VII Gemina, que no era otra que la Galbiana refundada, y la instaló donde antes se hallaba la Legio VI Victrix. Con el tiempo, alrededor de ella se formaría la ciudad de León, nombre que deriva directamente de Legio.

Sería sucedido por su hijo Tito Flavio Vespasiano . Fue continuista con la línea de su padre y demostró una gran generosidad con las víctimas ocasionadas por la erupción del Vesubio y con un incendio que hubo en Roma, lo que lo convirtió en un emperador muy popular pero muy breve: gobernó apenas 2 años. Sería sucedido por su hermano Tito Flavio Domiciano que duraría 15 años, más que su padre y su hermano juntos, eso sí, con un reinado bastante nefasto y despótico en el que fue odiado por el pueblo al que se presentaba como un dios que debía gobernarlos a todos desde su moral. A pesar de eso, en todo este tiempo tuvo una buena gestión del imperio con buenas medidas económicas como la revalorización de la moneda y una estricta política fiscal donde aumentó la recaudación, gracias a lo cual pudo mejorar al ejército y seguir con la reconstrucción de Roma y el reparto de donativos entre la plebe.

También fue continuista con su padre en seguir facilitando la ciudadanía romana a las provincias, lo que a los hispanos les ayudaría a seguir ascendiendo en la vida política, algo que se podrá ver poco después con emperadores de origen hispánico. Dentro de sus éxitos militares podemos destacar que sus legiones serían las que más lejos llegarían en dirección a Oriente en la historia de Roma, concretamente en Qobustán en el actual Azerbaiyán, en donde se encontró una inscripción donde pone Imp(eratore) Domitiano / Caesare Aug(usto) / Germanic(o) / L(ucius) Iulius / Maximus |(centurio) / leg(ionis) XII ful(minatae) que se leería: "En tiempos del emperador Domiciano César Augusto Germánico, Lucio Julio Máximo, (centurión) de la legión XII, la 'radiante'". Estamos hablando de un lugar remoto fuera del Imperio, donde hicieron una incursión, situado a 3757 KM de Roma.

En el año 96 fue asesinado por una conjura palaciega contra él y quemado el cadáver sin honores. El recuerdo de este emperador sería terriblemente exagerado por Plinio, Tácito y Suetonio, abiertamente enemigos de él y de toda la clase senatorial, que si bien tuvo un reinado muy discutible, estos historiadores dieron una imagen muy negativa de él que junto al damnatio memoriae destrozaría su imagen para siempre, privándonos de un retrato suyo más objetivo, la política de la cancelación de la época, que también favorecería a los siguientes emperadores presentándose como salvadores de la patria. Lo que sí que no se puede negar es que legó una economía con superávit, un ejército reforzado y una política exterior afianzada en los pactos para reforzar las fronteras en vez de un ciego expansionismo de las fronteras al coste de sangre y oro.

También añadir que, aunque se erigió a sí mismo como divino aumentando el culto al emperador, cesó toda persecución a las minorías religiosas como los judíos y los cristianos. Tampoco se puede negar que las semillas plantadas por él fueron recogidas por la dinastía Antonina, los llamados cinco emperadores buenos en el pacífico siglo II, emperadores que poco cambiaron las reformas hechas por Domiciano, solo aportaron más carisma y un poco más de mano izquierda. Vamos, yo creo que tampoco lo hizo tan mal.

A emperador muerto, emperador puesto, y a continuación colocaron a Marco Coceyo Nerva, un anciano senador que también fue un antiguo profesor de Domiciano. No era demasiado popular entre el ejército, pero al no tener hijos era ideal para dar un poco de estabilidad e ir colocando a su sucesor. Adoptó a su popular sucesor Marco Ulpio Trajano, que lo sucedería al morir este tan solo dos años después.

Trajano fue el primer emperador hispano y considerado uno de los mejores emperadores de Roma. Originario de una gran familia turdetana de Itálica, fue un destacado militar durante el reinado de Domiciano, pasando por Hispania, Germania Superior y Siria, y destacando con brillantez en la guerra dácia, siendo nombrado por Domiciano como gobernador de la Germania Inferior, donde demostraría sus dotes como administrador del territorio, ganándose el aprecio tanto del ejército como de los nativos.

Como emperador destacó por conseguir aumentar las fronteras del imperio, conquistando la Dacia, ampliando así la frontera y romanizando a sus habitantes. También es bien conocido por la cantidad de obras públicas que construyó. En Hispania, sus obras más destacadas son el Puente de Alcántara y el acueducto de Segovia. Hizo una buena reforma agraria con préstamos a agricultores, junto a bajadas de impuestos, lo que favoreció el comercio. Fue un gran emperador que supo también dejar bien arreglada su sucesión al adoptar a su sobrino segundo, el también hispanorromano Publio Elio Adriano, el primer emperador filósofo y que no decepcionó subiendo también al podio de los emperadores buenos. No fue un gran general como Trajano, que fue más un Julio César, pero sería un gran administrador del imperio como lo fue Octaviano.

En su caso, la sucesión estuvo menos clara y, tras un par de descartes, nombró a Antonino Pío con la condición de que adoptara a Lucio Aurelio Vero y a su sobrino Marco Aurelio para sucederle. Antonino Pío reinó durante 23 años, quizás los más pacíficos de la historia del imperio, donde desarrolló una política de tolerancia religiosa y refuerzo de las fronteras. Al morir, le sucedieron Lucio Vero y Marco Aurelio, aunque gobernó realmente este último, ya que Lucio Vero solo mostró interés por los placeres mundanos y poco por gobernar, aunque sí fue un buen general dirigiendo sus tropas, y eso haría hasta su muerte.

Marco Aurelio sería el que denominó Platón el rey filósofo. Era culto y sabio, como bien ha quedado reflejado en sus Meditaciones. De filosofía estoica, sería poco dado a los lujos y también reflexivo a la hora de afrontar los duros tiempos que le tocó vivir. Si Antonino disfrutó de pax, a él le tocó la guerra, ya que por todo el imperio venían avisos de ataques bárbaros. Se pondría a la cabeza del ejército contra los partos, los sármatas y los germanos y tuvo que gestionar una terrible epidemia, seguramente traída desde Partia, que duró 10 años. Murió batallando contra los germanos y tomaría la peor decisión de su vida para el futuro del imperio: ceder el título de emperador al tirano e inútil Lucio Aurelio Cómodo.

Hasta ahora, en la dinastía Antonina se elegía sucesor no necesariamente entre la familia sino entre la élite que destacaba como general y administrador, creando una continuidad dinástica a través de la adopción y marcando una línea continuista en sus políticas eficientes, llevando al imperio a un gran periodo de paz y de esplendor. Esto dejó de ser así al empeñarse Marco Aurelio en cederle el imperio a su hijo. Esto sentó un nefasto precedente de emperadores buenos que pasarían a manos de hijos inútiles, tiranos y desinteresados en el gobierno. En el caso de Cómodo no mostró interés en dirigir el imperio y cedió el control a uno de sus favoritos, mientras él se dedicaba a organizar juegos y regalar comida para contentar a la plebe, el famoso Panem et circenses. Esto vaciaría las arcas y tuvo que subir los impuestos, creando un descontento en su persona. Conforme sentía que su puesto peligraba, se volvió paranoico y mataría de forma aleatoria a cualquiera que pudiese culpar de la crisis que se produjo en el imperio. Junto a estos episodios hay que añadir que le gustaba ser gladiador y bajar a la arena para pelear. Todo esto acabó generando que se creara una conjura para matarlo y borrar su memoria (Damnatio Memoriae), nombrando inmediatamente como emperador a Publio Helvio Pertinax e iniciando así el año de los cinco emperadores. El imperio tenía bien engranado el sistema y las provincias podían funcionar de forma autónoma, pero este desequilibrio creó cierto desgaste donde los generales podían verse como aspirantes al trono por falta de legitimidad imperial, llevándonos al final a la crisis del siglo III, donde las fronteras se vieron superadas por los bárbaros y solo la aparición de grandes emperadores pudo lograr que el imperio recobrara su esplendor, eso sí, germanizando al imperio y usando a los bárbaros de contrapeso contra otros bárbaros.

Un episodio interesante durante el reinado de Marco Aurelio.

En el norte de África, donde fue conquistado por Roma el reino de Mauritania, había dos provincias: Mauritania Tingitana y Mauritania Cesariense. Mauritania Tingitana estaba justo al sur de Hispania, era un territorio que ocupa actualmente el noroeste de Marruecos, y que más tarde sería conocida como Hispania Transfretana, la que está más allá del estrecho, o fretum. Esta provincia estaba solo bien romanizada en la zona costera; el interior se dirigía con acuerdos con jefes locales. A estos habitantes se les denominaba mauris, término del que deriva la palabra "moro", y en el año 172 unos mauris, posiblemente bereberes establecidos en el Rif, cruzaron la costa tal vez al notar una disminución de las tropas y entraron en la Bética para realizar rápidos saqueos. Sería frenada por la legión VII Gémina al mando del legado Aufinius Victorinus.

Marco Aurelio reforzaría las alianzas con las tribus mauris y coordinaría una mejor vigilancia del estrecho en ambas orillas. También dejó en Itálica un destacamento de la legión VII Gémina para proteger de posibles futuros ataques. Estos acuerdos establecidos no serían definitivos y en el 177 habría una segunda incursión de los mauris, mucho mayor, donde además de la Bética, entrarían también en Lusitania y la Tarraconensis, llegando incluso a sitiar la ciudad de Singilia Barba, cerca de la actual Antequera. Aunque ahora estaban más preparados, ya que tenían también en Mauretania Caesariensis la legión III Augusta, dirigida por Gaius Vallius Maxumianus, que no tuvieron problemas en derrotarlos.

En agradecimiento, pusieron dos inscripciones. La primera es un monumento en su honor por haber devuelto la paz a la Baetica (Baeticam caesis hostibus paci pristinae restituerit). En la segunda se le nombró patrono de la ciudad por el mismo motivo (ob municipium diutina obsidioni et bello Maurorum liberatum).

Sobre la dinastía de los Anios.

Cerca de Corduba, en Ucubi, actual Espejo, era originaria la familia de los Anios, una rica familia que comerciaba con aceite de oliva y que consiguió prosperar hasta llegar a colocar o enlazarse con cuatro emperadores. Marco Anio Vero, hijo del senador y pretor Marco Anio Vero, llegaría a ser tres veces cónsul y entablaría una gran amistad con el emperador Adriano. Se casó con Rupilia Faustina, emparentada lejanamente con Trajano, y casaría a su hijo Marco Anio Vero —¡qué poca originalidad para los nombres!— con Calvisia Domitia Lucilla la Menor, perteneciente a una rica familia que tenía fábricas de ladrillos en Roma y acercándose a la familia de Adriano. Su hijo sería el emperador Marco Aurelio, que aunque nació en Roma —hay quien afirma que en la Bética— no deja de ser medio hispano. Marco Anio Vero, el tres veces cónsul, logró casar a su hija Faustina la Mayor con el emperador Antonino Pío, siendo ella emperatriz. Su hija Faustina la Menor, que sería medio hispana, se casaría con Marco Aurelio, siendo ella también emperatriz, y padres a su vez del emperador Lucio Aurelio Cómodo y de Annia Aurelia Galeria Lucila, que se casaría con el coemperador Lucio Aurelio Vero, convirtiéndose ella en emperatriz. Esta familia hispana acabaría convirtiéndose durante un tiempo en la más poderosa del imperio. Muchos otros miembros llegarían a altos cargos, pero sin duda el más importante de la familia sería el emperador Marco Aurelio, uno de los mejores emperadores de la historia de Roma.

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